Un traductor profesional es una persona altamente capacitada para tomar un texto o documento y traducirlo al idioma de destino elegido, sin que se note el traspaso.
Pero tampoco es un mago.
Como cliente, usted puede ayudar a facilitar la tarea de su proveedor lingüístico. Asimismo (y esto es muy importante), cuanto más claro y conciso esté redactado el documento a traducir, la cotización será más favorable.
¡Así es! Un proyecto desarrollado en menos tiempo implicará una mejor tarifa para el cliente.
Eso es interesante, ¿no cree? Por tanto, este artículo le explicará cómo preparar contenido listo para ser traducido.
Planificar es ahorrar tiempo y dinero
No se trata de redactar un texto y despacharlo enseguida. Revíselo con atención, sométalo a pruebas de lectura.
Hay varios puntos a tener en cuenta, desde la simpleza de las oraciones a la entrega de glosarios y memorias de traducción. Todo sirve para economizar tiempo y dinero.
Antes de entregar el documento, siga atentamente la siguiente lista y corrija lo que sea necesario.
Su checklist para preparar contenido
Le sugerimos ir paso a paso y siguiendo el orden dispuesto. ¡Vamos!
- ¿Las oraciones y (por ende) los párrafos son muy extensos? De ser así, busque las tijeras y comience a podar. Recurra a oraciones cortas y simples. Sus lectores se lo van a agradecer.
- ¿Algunas palabras tienen múltiples significados? Reemplácelas por opciones más precisas, para evitar problemas en el proceso de traducción. En algunos rubros, como la medicina o la industria, una palabra mal empleada puede acarrear consecuencias adversas.
- ¿Utilizó sinónimos para no repetir palabras? Cuidado, todos evitamos la repetición cuando escribimos, pero si está ante una definición técnica o una palabra clave del documento, es mejor ser consistente y usar siempre la misma.
- ¿No explicó las siglas porque son bien conocidas? No dé nada por sentado y detalle todas las siglas y abreviaturas.
- ¿Hay oraciones con lenguaje informal? No es buena idea, y menos si se trata de lunfardo / regionalismo. Piense en el público destino, quizás no entienda ciertas expresiones que solo se utilizan en su país o ciudad.
- ¿Usó voz pasiva? No lo recomendamos. Puede confundir al lector (y al traductor, claro está) y hacer que algunas ideas sencillas se conviertan en construcciones demasiado confusas. Use voz activa, donde el sujeto de la oración realiza o ejecuta la acción del verbo.
- ¿Prestó atención a las fechas? Para que el traductor no tenga que adivinar, utilice formas universalmente reconocidas. O escriba el mes en palabras..
- ¿Ya rastreó el glosario o las memorias de traducción de trabajos pasados? No se olvide de entregar este material al traductor. Aceleran la tarea e inciden positivamente en el presupuesto.
Todos ganan
Usted, su empresa, el traductor, los lectores; todos saldrán favorecidos si el texto entregado sigue estas reglas.
Además, el profesional podrá trabajar con una pieza ordenada, clara, fácil de comprender.
Si a eso le agregamos su capacidad y experiencia para pasar de un idioma al otro sin dejar rastros, puede quedarse tranquilo con la calidad del resultado final.
¿Está por enviar un documento? No se adelante. Primero, revise la lista y examine su redacción.
Será el punto inicial de una cadena de trabajo planificado y correctamente organizado.